jueves, 3 de mayo de 2012

Geriatría Libros Gerontología Libros

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Libro Longevidad Un Proyecto de Futuro
Desafío del Siglo XXI

Para todas las personas que tienen proyectos de vida,
No interesa, que sean en términos de años,
meses, semanas o días,
Sí interesa, que sean para un mañana.
Mientras existan, es señal que estamos vivos,
que estamos vigentes y que podemos seguir siendo






Libro: Longevidad Un Proyecto de Futuro Desafío del Siglo XXI
Autor: Luis Peñaloza
Isbn: 978-987-556-349-0
Editorial: Ediciones del Boulevard


Conferencia del Doctor en Medicina y Cirugía, Magíster en Gerontología y Especialista en Geriatría Luis Peñaloza en ocasión de la presentación de su libro “Longevidad: Un Proyecto de Futuro. Desafío del Siglo XXI" efectuada en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba.



BUENAS TARDES




Quiero agradecerles a todos y cada uno de los presentes por haberse interesado y asistir a este evento de presentación.

Se trata del libro “Longevidad Un Proyecto de Futuro, Desafío del Siglo XXI”, el cual posee características particulares, singulares y personales que lo hacen distinto.

La idea inicial era presentarlo en la feria del libro, desgraciadamente los tiempos no nos dieron, pero, es ahora o nunca; mañana es la palabra piadosa con que se engañan las voluntades moribundas, nada más alejado de nosotros.


El libro no es ficción, tampoco novela ni poesía; pertenece al género de las ciencias sociales, psicosociales y biológicas, busca integrarlas, por tanto es abarcativo, y conjuga expresiones de las mismas que se entremezclan en el lenguaje que empleamos en esta presentación.

Bucea en el pasado, esta parado en el presente y se proyecta en el futuro. Por eso los temas son variados diversos y hasta diríamos heterogéneos como lo son los propios adultos mayores. Así, se tratan entre otros temas la cognición, la creatividad, la sabiduría, el tipo de pensamiento del adulto mayor, la jubilación, la familia, la abuelidad.

Sin duda tampoco queda de lado el abuso de medicamentos y la problemática que se plantea en cuestiones que hacen al propósito y fin último de la vida tales como la eutanasia, el suicidio asistido la prolongevidad o el acuerdo intergeneracional.

No deja de formularse un programa de salud para mantener una vida sana y digna de ser vivida, lo cual deja claro que longevidad no es sinónimo de vejez.

Todos estos temas bien manejados y otros que no he mencionado, pero que están desarrollados en la obra, son conducentes a la longevidad.


La idea para escribir este libro nace de un modelo de vejez que desde hace largo tiempo intuíamos, soslayábamos, percibíamos, divisábamos obsoleto pero en la actualidad y definitivamente lo creemos perimido.



Para tener una idea de donde estuvimos, donde estamos y hacia donde vamos les diré; en la época del Imperio Romano un señor si llegaba a los 40 años era un venerable anciano, pocos pasaban los 30 y el promedio de vida al nacer era de 22 años.

En la década 1880-1890 en la Alemania potencia del Emperador, Kaiser y Rey de Prusia Guillermo 1ro. La esperanza de vida al nacer era de 45 años.

La importancia de esa época es porque allí, en un Estado Conservador, Imperial, paradojalmente nace el Seguro Social.

La acción de Otto Von Bismarck hombre de estado, ministro y conocido como el <<canciller de hierro>>, resulta paradigmática. Fundador de la unidad Alemana, es exitoso en la guerra contra Francia y Austria, acrecienta el poder en lo externo pero, en lo interno enfrenta una conflicto gravísimo institucional (el kulturkampf) contra el partido católico (zentrum) y el surgimiento de las organizaciones sindicales y la opciones socialistas y anarquistas que proyectaban la sombra de la revolución sobre los países industrializados. Por ello fomenta el socialismo de estado para ganarse la clase obrera. De allí en adelante no se utilizará más en exclusiva en los países industrializados la política del garrote, ésta será alternada con la política del caramelo es decir una política de Seguro Social.

Ofrece Otto Von Bismark a la clase obrera una jubilación a partir de los 65 años a cambio de que no hagan más huelgas.


Todo gremio que fuere a la huelga pierde ese derecho.

La fórmula era matemáticamente perfecta porque la relación trabajador aportante/jubilado era ampliamente favorable al financiamiento del inédito sistema. Claro está si la esperanza de vida era de 45 años y la jubilación era a partir de los 65 el sistema era claramente superavitario.

Tal es la importancia de este hecho que forma parte del Estado de Bienestar como componente bismarkiano dentro de las Políticas Sociales.

Es la política social de premios y castigos, o dicho en otros términos, la del logro personal remunerativo/ resultado laboral (jubilación), que perdura a través del tiempo.

Sin perder la ilación porque estamos viniendo del pasado en 1900 solo el 4 % de la población de los países desarrollados tenía más de 60.

Cada mes 1.000.000 de personas cumplen 65 años. En 10 años  esa cifra se duplicará.


Se estima que en 2008 los mayores de 65 y más eran  500 millones. En 2040 se multiplicará por 3.


Actualmente a nivel mundial incluyendo todas la Naciones, existen 100 millones de personas de más de 80.

Ni siquiera los centenarios son una excepción, hay más de 200.000, 40 mil de los cuales viven en Japón, el país más longevo de la tierra cuya esperanza de vida al nacer es de 85 años, y constituyen el exclusivo club de los centenarios.

Ahora bien dejando las cifras y continuando con una visión totalizadora,  el modelo vejez esta asociado a la condición de viejo, (el vetus vetulus de los latinos), en el sentido de las agujas del reloj, del almanaque, del calendario gregoriano que mide nuestra edad cronológica, de la acumulación de años, en definitiva generalmente no bien vividos o lo que lo mismo el envejecimiento del envejecimiento, que condiciona estereotipos negativos, atávicos dentro de la sociedad que lo relaciona con enfermedad, limitación, invalidez, incapacidad; en otras palabras, con suma de achaques que pueden terminar en decrepitud mucho antes de que se produzca la muerte, donde el viejo solo vive porque todavía respira.

Así visto no es de extrañar el uso o abuso de epítetos descalificantes que se utilizan por equivalencia para resaltar esta condición, tales como viejo torpe, viejo lento, viejo improductivo, viejo inútil, viejo lelo, viejo asexuado y se termina con la muletilla: “lo que ocurre es que el viejo es viejo” como para subrayar o rotular todo lo anterior.


Lo desgraciado de ello, además del hecho en sí, es que las personas de edad lo internalizan, lo procesan, lo metabolizan y se la creen (profecía autocumplida).

No piensen de ninguna manera que este modelo negativo, que es el modelo del agins del viejismo es patrimonio de los últimos 50-60 años desde que Simone de Beawoir escribió “La Vejez”, los puso de relieve y donde se pregunta si los viejos son hombres y se responde: de acuerdo con la manera con que los trata la sociedad es posible dudarlo: los condena deliberadamente a la miseria, a las enfermedades, a la soledad y a la desesperación. Comúnmente todo esto no se disfraza, se prefiere ignorarlo: la vejez es un tema vergonzoso y un tema prohibido. La vejez es un signo del fracaso de la civilización contemporánea.

Al respecto dos hombres públicos, notorios de nuestra Argentina que vivieron la misma época intelectualmente hablando. Primeras décadas del siglo XX. Ambos con reconocimiento internacional adscribían a este paradigma de vejez.

El primero que mencionaré por ser coterráneo fue Leopoldo Lugones (Nació en Villa de María del Río Seco) al norte de la ciudad de Córdoba,  intelectual, escritor ilustre de nuestro país quien se suicida a los 64 años en un posada de Tigre llamada paradojalmente el Tropezón. Las crónicas oficiales lo atribuían a un estado depresivo provocado por desengaños políticos y sentimentales lo que no deja de ser cierto; pero, 64 años, para una sociedad prejuiciosa por excelencia como la de su época se era viejo, aunque esa edad no se correspondiera en absoluto con lo biológico-funcional social y psicológico de su desempeño, pero sí da peso específico a tal decisión extrema; para colmo peinaba canas y sus ideas sobre la vejez eran claras y dogmáticas de lo que ello significaba en aquel entonces, lisa y llanamente vejez. Simplemente eso, todos los prejuicios negativos que se le atribuían a la edad y todavía desgraciadamente en muchos ámbitos se le atribuyen a los adultos mayores  por el solo hecho de cumplir años cronológicos.

Albert Einstein decía al respecto que desintegrar un átomo era más fácil que desintegrar un prejuicio y eso que la física nuclear estaba en pañales cuando lo dijo.

El otro fue José Ingenieros, Farmacéutico, Médico, psiquiatra, neurólogo, criminólogo, maestro de la juventud latinoamericana, discípulo nada menos que de Ramos Mejías, eximio pensador, conferencista en Universidades y Centros de pensamiento europeos (Paris, Ginebra, Lausana, Heidelberg) , y escritor de numerosos libros técnicos, filosóficos y morales. Así en su Hombre Mediocre uno de sus libros más difundidos y leídos por la juventud en toda Latinoamérica que forma parte de su prolífica producción deslizó un pensamiento que con el tiempo se iba a transformar casi en un axioma acerca de cómo se debía considerar la vejez: “El alma de fuego bajo la ceniza de los años es una metáfora literaria desgraciadamente incierta. La ceniza (se refería a las canas) apaga la llama (que es el genio, el ingenio, la intelectualidad) y aviva la brasa que es la mediocridad”.


Como apreciamos el pensamiento de José ingenieros tanto como el de Leopoldo Lugones esta inscripto en la vejez considerada como derrumbe, catástrofe y mediocridad.

Todos los estereotipos mitos y prejuicios negativos pueden observarse también en los nombres que identifican ciertas Instituciones Geriátricas donde flota indudablemente un aire de fatalidad o de misticismo religioso que no ayuda para nada a desmontarlos, por el contrario sirve para ratificarlos -a los prejuicios por supuesto- y atraer clientela crédula de tales estereotipias. Sin duda allanan, asfaltan el camino hacia la muerte en un tono religioso por eso toman nombres de Vírgenes o Santas/os, (virgen de Itatí, virgen de Lurdes, Santa Teresita, San Camilo) o adoptan otra forma solapada donde se invoca una estación del año o el momento del día que no es precisamente la primavera en el primer caso o el amanecer de un día brillante y sereno en el segundo, sino que lo hacen con nombres tales como, Sol de otoño, Otoño Dorado o Atardecer con sol.

Evidentemente lo antedicho no es nuestro pensamiento, mucho menos nuestra postura, lo nuestro es la longevidad en el sentido de funciones y capacidades, dentro de un proceso exitoso, óptimo, productivo hasta casi antes de la muerte. Parafraseando: más años a la vida y más vida a los años.

La longevidad que es lo que nos interesa a futuro requiere de una planificación a largo plazo, ya que va a implicar connotaciones médicas, biológicas, psicológicas, sociales, éticas, políticas, económicas, ecológicas y por supuesto tecnológicas.

Llegados a este punto se nos plantean escenarios en relación a la asignación de recursos que estamos dispuestos a gastar como sociedad, para alcanzar las metas que nos asignemos.

Una primera postura es aceptar convivir con  enfermedades crónicas, degenerativas, invalidantes, debilitantes, síntomas diversos que no encajan dentro de entidades de libro, sumatoria de medicamentos, muchas veces como polifarmacia anárquica, por lo numerosa y abarcativa y sus consecuencias. No olvidemos que una de cada 1000 muertes en AM es atribuible a polimedicación.

Este escenario lo representamos literariamente por los Strudburg de Jonathan Switft raza condenada a la inmortalidad con lúgubre prolongación de la senectud y la decrepitud, condenada a vivir en una nursery o geriátrico.

En este escenario la idea clave es buscar calidad de vida dentro de la sumatoria de achaques a que nos expone, ya que se trataría del envejecimiento del envejecimiento (sobre envejecimiento).

Los recursos en salud deben dirigirse a la tecnología de la enfermedad y a la calidad de vida. Término  vulgarizado, bastardeado, esnobista, no bien comprendido; en realidad es un término complejo: multidisciplinario, multidimencional, polémico y dinámico, y además calidad de vida incluye y le da cabida a modo de vida, condición de vida, nivel de vida y estilo de vida.

La ecuación económica es la relación coste/beneficio lo que podría permitir como terminación del tratamiento el suicidio asistido o la eutanasia activa  como una forma de ahorrar dinero.

Filosóficamente es una antinatural prolongación de la debilidad, la enfermedad, la patología desde el momento mismo que ponderaríamos lo que podríamos llamar “el fracaso del éxito” en lo que a biomédico se refiere (fracaso: sumamos enfermedades, éxito: extendemos la vida).

Una segunda opción identifica el envejecimiento con la aceptación voluntaria y colectiva de la finitud de los límites o sea de la muerte.

Representa el ciclo de la vida y la ley natural.

Existe en este escenario un rechazo explícito a la biomedicalización de la vejez, a la gran narrativa de la modernidad aplicada a lo que podemos entender por envejecimiento.

Se identifica con el movimiento ecologista en la ética del medio ambiente construido socialmente, donde puede argumentarse que la longevidad como el crecimiento económico puede restringirse razonablemente por cuestiones de solidaridad o justicia intergeneracional.


La asignación de recursos para cuidados de salud dentro de este escenario deberían incluir valores tales como: cuidados domiciliarios en contra de intervenciones cruentas, onerosas, costosas, de dudosos resultados, o de alta tecnología médica. Es decir estrategias de pequeña escala de cuidados de salud provistos en el ambiente familiar, en oposición al camino duro representado por la tecnología centralizada (unidades de terapia intensiva –UTI -) y derivar recursos a cuestiones psicosociales.

En definitiva no se trata de una prospectiva antitecnológica, sino de adoptar una tecnología apropiada y ajustada a la realidad evitando una inútil prolongación de la vida.

Otra postura es posponer las enfermedades a la retirada final, de manera tal que una persona por ejemplo de 80 años pueda vivir como si pudieran contabilizarse 60 acarreándose un proceso posterior de rápido desenlace. Es lo que llamamos envejecimiento exitoso, y en el poema de Oliver Wendell Holmes se lo describe como el maravilloso carruaje de un solo caballo porque está construido de una manera tan sólida, lógica, racional y coherente que corre 100 años hasta que en un momento dado se desarma todo a la vez. Es un escenario optimista desde lo filosófico pero requiere lógicamente de una preparación previa.

Es el envejecimiento en salud y actividad productiva, es como una prolongación de la mediana edad, seguido de una rápida declinación y muerte. Los gastos sanitarios en este escenario están destinados a favorecer la promoción y prevención en salud, transformando el envejecimiento en productivo.


Finalmente un escenario alternativo a los anteriores considera al envejecimiento una enfermedad, por  tanto se propone abolir la vejez.

Tal propósito es en si mismo una meta fascinante. La idea clave es el progreso y supervivencia indefinida y representa el uso de la tecnología   -ingeniería molecular y genética- para abolir los límites.

No es descabellado pensarlo, puesto que la persona más longeva del mundo comprobado por la ciencia la francesa Jeanne Louise Calmet sin recurrir a estas tecnologías precisamente vivió 122 años 5 meses y 11 días (1875 a 1997).

Los recursos para la salud en esta opción son invertidos esencialmente en investigación básica.

Sería trasladar recursos de la tecnología de la enfermedad a la tecnología de la longevidad y por tanto tendientes a prevenir la senectud. Indudablemente en este proceso de longevidad los países hegemónicos llevarán la delantera seguido por los países en vía de desarrollo.

Estamos ingresando a un mundo donde las personas, computadoras y otros equipos con los que nos movemos cotidianamente – desde el lavarropas hasta el automóvil - , estarán conectados en forma permanente entre sí, - vidas conectadas - como consecuencia de la Cibernética, la robótica y la Domótica interactuando.


Para un longevo sería de gran ayuda que el piso inteligente de su casa o departamento llame al servicio de emergencia si sufrió una caída. Que el médico pueda recibir en tiempo real los parámetros vitales de sus pacientes de riesgo, que existan vehículos automotores que emitan alertas si el conductor sufre un problema agudo de salud o una complicación de alguna patología que se esté monitoreando, incluidos electrocardiogramas.

También los Flipper que pueden ser manejados con la mente sin necesidad de mover las manos y los teléfonos silenciosos que captan los movimientos musculares de la boca y los analiza sin necesidad de pronunciar palabra audible para que el interlocutor pueda recibir el mensaje oral. –lo hace un sintetizador de voz.

Nada de lo que estamos diciendo es ciencia ficción fue mostrado en la edición 2010 de la CEBIT. (la más grande feria mundial de la informática y ciencias de la comunicación) si se la mide por la superficie cubierta, cantidad de expositores y asistentes en Hannover al noroeste de Alemania.

Las sociedades del primer mundo, tal como están las proyecciones demográficas estarán atiborradas de longevos exitosos y sanos.

El tema de la longevidad irá de la mano del estudio y manipulación genética- hay una estrecha relación  entre cáncer y longevidad al respecto- a través de lo cual se podrán hacer los cambios para prevenir enfermedades crónicas, degenerativas, invalidantes, debilitantes, incapacitantes.


Al parecer el elixir de la longevidad ya no es utópico. La ciencia parece no tener límites. Todo indica que el secreto está en unos pocos detalles genéticos sobre los que es posible actuar.

También la experimentación humana ha comenzado en palo Alto California donde existe una empresa biotecnológica que se dedica a estudiar sustancias antienvejecimiento, y que a partir de 2005 esta ensayando compuestos moleculares en protocolos de 12 meses donde se mide la edad biológica, escuchen bien la edad biológica hemos dicho, no la cronológica. Dichos estudios pertenecen a un constructo de ciencia seria y son sumamente prometedores. 
Las perspectivas son fantásticas. Nos preguntamos, ¿No estaremos ante el bálsamo de fierabrás?

Quiero recordarles que el bálsamo de fierabrás mencionado en el Quijote era el sumo invento, la panacea, la pócima maravillosa que todo lo curaba, lo sanaba y por ende permitía la supervivencia indefinida; de tal forma que la ignorancia de Sancho Panza, su simpleza le hacen creer a pie juntillas las palabras de su señor en sus desvaríos acerca de lo que él llamaba la pócima del feo Blás y con la cual no había que tener temor a la muerte.

Nosotros pensamos, dejando de lado la leyenda, el mito, la quimera, que la ciencia está por el camino correcto que nos permitirá a través de la ingeniería genética por el camino de la vía rápida, (no el de la vía lenta con que se clonó la oveja Dolly) obtener células madres con capacidad pluripolipotentes para reemplazar incluso hasta un órgano entero defectuoso. Es igual a reemplazar una pieza de un motor desgastada por el uso; o bien con otros procedimientos que abarcan todos los órganos sistemas y aparatos de nuestro cuerpo, lograr una prolongación drástica de la vida saludable a través de lo que ustedes podrán leer en el libro que hoy presentamos.

En definitiva concluiremos que la longevidad debe ser un programa de la propia vida desde la juventud en previsión de un mañana venturoso en lo individual, y un proyecto de futuro en lo social para lograr un objetivo superior, que es alargar la vida en salud, en una sociedad más justa, equitativa, inclusiva y superadora y donde tal vez alcancemos la sabiduría, hecho mayor, sustancial y trascendente porque implica haber llegado a la etapa psicosocial más evolutiva del ser humano.-


MUCHAS GRACIAS
                                                 Dr. Mg. Luis Peñaloza


Entrevistas al Dr. Luis Peñaloza - Radio Universidad 580

Entrevista realizada por la locutora Susana Curto de Radio Universidad 580 en ocasión de la presentación del libro “Longevidad: Un Proyecto de Futuro. Desafío del Siglo XXI”. Para escuchar la entrevista, hacer click en el siguiente link: http://www.susanacurto.com.ar/conversaciones-notables/conversacion-con-el-dr-luis-penaloza/

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